“La información es poder”, lo dijera quien lo dijera (parece que no está claro si fue Thomas Hobbes o Francis Bacon quien introdujo esta idea, pero eso es lo de menos). Y lo es aún más en esta era tecnológica.

Vivimos en una época de cambio; lo que hoy vale, mañana ya no tanto, y la velocidad a la que los cambios se producen es vertiginosa. Ya no vale acomodarse en la zona de confort y dejar que las cosas sucedan, o que los clientes vengan. Hay que moverse, adaptarse, estar en constante evolución, porque el mundo que nos rodea también lo está.

En este sentido, el sector de la joyería también ha cambiado. Hace 40 años, comprar una joya estaba solo al alcance de unos pocos. Hoy en día, cualquiera puede acceder a una gran oferta de productos, de distintos materiales y calidades.  El sector se ha diversificado, por un lado, y se ha popularizado, por otro.

El mercado al que se dirigen las empresas dedicadas a la joyería, relojería y bisutería es mucho más amplio que antes: joyas para bebés, para adolescentes, para mujeres o para hombres, para ocasiones especiales, para días señalados como el día de los enamorados o el de la madre, joyas en oro de mayor o menos pureza, joyas en plata, piezas especiales de lujo, bisutería de alta calidad… Un sinfín de productos para todo tipo de clientes.

La estrategia de la empresa pasa entonces por definir a qué sector dirigirse para ofrecerle un  producto u otro. Ahora bien, ¿y si esa decisión se pudiera tomar basándonos en datos reales de interés del mercado objetivo o de compra? La respuesta es fácil: la tasa de éxito de la estrategia de mercado sería mucho mayor, porque estaría basada en datos reales de lo que los clientes quieren o esperan de nosotros.

Esto es un hecho, pero no es tan sencillo como parece. En primer lugar tenemos que ser capaces de obtener los datos, en segundo lugar hay que definir cuáles son los que nos interesan y, en último término, saber interpretarlos. Entonces, no solo es tener información, sino que también (y sobretodo) hay que saber cómo usarla.

Un ejemplo sencillo: podemos imaginar una biblioteca completísima, con millones de libros de todas las categorías e intereses. Pero todos apilados en montones sin orden alguno. ¿Seríamos capaces de encontrar algún tipo de información en este contexto…? Y ahora, una biblioteca ordenada por intereses, con los libros numerados y con un catálogo donde buscarlos. Ahora sí que podríamos encontrar lo que buscamos, ¿verdad?

Esto mismo pasa con la información, y aquí es donde entramos nosotros. Ofrecemos una herramienta de business intelligence 360, con cuadros de mando especialmente desarrollados para el sector de la joyería, que permite obtener datos de distintas fuentes, tales como los resultados de las campañas de marketing digital SEM, los datos de SEO, los informes de redes sociales, los datos de venta tradicional o de venta online… etc. Con todos ellos organizamos informes que resultan de gran utilidad a la hora de tomar decisiones estratégicas de negocio, de adaptar nuestras directrices comerciales o de efectuar cambios en nuestra oferta de productos. Informes obtenidos de datos reales, en tiempo real, que nos permiten adaptarnos al mercado casi a la misma velocidad a la que el mercado cambia y evoluciona.

Albert Einstein (ahora sí) dijo que “la vida es como una bicicleta…”. Hay que seguir pedaleando.

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