Si pensamos en las herramientas de gestión básicas para una empresa del sector retail, con uno o varios comercios de venta al público, en seguida nos viene a la cabeza el Terminal Punto de Venta (TPV, como todos lo conocemos).
Esta herramienta debe ser capaz de manejar de forma completa y ágil el día a día de la tienda: pagos en efectivo, con tarjeta o por otros medios cada vez más populares como los pagos a través del smartphone, admisión de vales de puntos y tarjetas de fidelidad, lectura de etiquetas, impresión de tickets o gestión del inventario en tienda, entre otras, son funcionalidades necesarias para cualquier comercio.
Cuando el negocio crece y ya cuenta con varias tiendas, o bien se trata de un modelo de franquicia, el TPV suele quedarse corto, por muy completo y ágil que sea su funcionamiento. Es en este punto cuando empieza a ser necesaria una herramienta de gestión integral del negocio, que se conoce como ERP (“Enterprise Resource Planning”, o software de planificación de recursos empresariales).
Hay montones de ERP en el mercado; más o menos completos y adaptables al negocio en cuestión, con distintas formas de contratación, más o menos fáciles de poner en funcionamiento, y a muy diversos precios. Pero, ¿qué debe tener un ERP para el sector retail?
En primer lugar, debe funcionar de forma totalmente integrada con el TPV. De poco sirve tener una herramienta completísima si no es capaz de integrar de manera automática toda la información de cada tienda sobre ventas, clientes o inventarios. De esta forma, una sola persona trabajando en el back office puede saber de un vistazo qué está sucediendo en toda la cadena; pero no solo eso, también puede tomar las decisiones operativas necesarias: aprovechar economías de escala para aprovisionamientos y compras a proveedores, tomar decisiones sobre política de precios o lanzar campañas de fidelización para clientes son solo algunos ejemplos.
En segundo lugar, debe contar con unas funcionalidades mínimas para una gestión eficiente de la cadena de tiendas: ventas, compras, stock, almacenes, clientes y personal son módulos básicos que cualquier ERP para el comercio minorista debe tener. Si además comprende otros módulos como CRM (gestión comercial) o business intelligence con informes para la toma de decisiones estratégicas de negocio, mejor que mejor.
Por último, debe ser ágil y de fácil implantación y adaptación al negocio y a los cambios que en él se produzcan. Es bastante común encontrarse con ERP´s muy conocidos, potentes y también muy completos, cuyo talón de Aquiles es precisamente su falta de adaptación a la problemática específica de cada cliente; en estos casos, la confiabilidad que da un software de una de las grandes multinacionales no compensa su falta adaptabilidad y atención personalizada al cliente.
Volviendo a las herramientas de gestión del negocio del retail, cada vez es más importante el E-Commerce. Se trata de un nuevo canal de venta que ya tiene al menos la misma importancia que la venta física tradicional, y que permite no solo aumentar exponencialmente la cartera de clientes del negocio sino también adoptar estrategias de venta únicas para ese canal y que pueden ser o no independientes de la estrategia tradicional de ventas de la empresa.
Por eso, se hace imprescindible que cualquier cadena de tiendas tenga un buen e-commerce, una herramienta para la venta online de sus productos al consumidor. Al igual que ocurría con el TPV o con el ERP, en el mercado podemos encontrar montones de plataformas de comercio electrónico, y la mayoría bastante buenas. Uno de los elementos diferenciadores a tener en cuenta, sin duda, es su integración con el ERP. Tal y como ocurría con el TPV, poder gestionar directamente todo el canal de venta online desde la misma plataforma de back office que el resto del negocio es mucho más eficiente, ahorra tiempo y costes de personal evita errores y duplicidades.
Una vez más, integración es la palabra clave: TPV + E-Commerce + ERP, en una sola plataforma = gestión más eficiente del negocio del comercio minorista.